Esos de corbata.

Siempre que hablamos de deporte y sobre todo de nuestro deporte Judo nos encontramos con los deportistas, con los entrenadores, con los dirigentes...pero como algo ajeno a este deporte hablamos de los ÁRBITROS, si esos de traje y corbata que aparecen en las competiciones, a los que gritamos insultamos, menospreciamos y en la actualidad grabamos para desprestigiar y relegar a lo mas profundo del abismo del deporte.

Esos de traje tienen una misión importantísimo, son los que valoran y determinan las valoraciones de las técnicas, son los que corrigen las deficiencias en el combate, son los que se sorprende ante las actitudes de los deportistas y de los que se llaman entrenadores y están por encima de cualquier reglamento que se estipule.

Esos de traje son JUDOKAS, sí, pues para ser árbitro hay que ser primero judoka tener cierto grado, mínimo cinturón negro y haber hecho judo, cosa que en otros deportes no pasa, puedes ser el mejor árbitro de otro deporte y no haberlo practicado en su vida. Los árbitros de judo hemos llevado el kimono y lo hemos trabajado y lo hemos sudado. Se da la circunstancia que la mayoría de los árbitros somos además excompetidores y entrenadores como el que se sienta en la silla a dirigir a pupilos, pero sobretodo somos personas y el ser humano se equivoca.

Hay personas que piensan que el verdadero camino de un deporte es la competición y para que haya competición hay que tener árbitros, y debemos dejar hacer su trabajo y respetar las decisiones en la actualidad hay una figura que ayuda en su labor, el comisionado, entre los cuatro pueden determinar la valoración correcta pero dejémoslos trabajar.